Cuántas veces hemos oído "mi hijo no come ni fruta ni verdura, no hay manera de conseguirlo", "escupe la frutas", "pone caras raras cuando le doy verdura" ... un montón de veces ¿o no? Y lo peor llega cuando los niños ya saben hablar y tienes que estar peleando con ellos al mismo tiempo que les escuchas decir "no me gusta", "que malo" o incluso "qué asco".
NO OBLIGAR
Sean bebés o niños mayores, no hay que obligarles nunca. Cuando son bebés es normal que no le gusten los nuevos sabores, tan solo están acostumbrados al sabor dulce de la leche, y de repente, un día le damos una cucharada de fruta, la cual puede resultar ácida, con una textura diferente y fría. Es normal que al principio reaccione en negativo.Es así, que a la hora de comer no se convierta en una batalla ni para el niño ni para los padres. No se les debe obligar a comer a los niños con el fin de que se acaben el plato sin importar que está sollozando y después va a vomitarlo ¿qué consignemos con eso? Nada, porque si se le obliga a comer solo se consigue que coja aversión a la comida y a la hora de comer.
Es por ello. que el niño debe sentirse respetado.
Porque no le guste la fruta y verdura no significa que le podamos ofrecer nada más.
No hay que dejar de proponerle a probar nuevos alimentos. Lo que se debe intentar hacer es variar la mera de dársela, es decir, en trocitos, puré, chafada, zumo... quizá le guste más de una manera que de otra.
Además para hacer más fácil el cambió de unos alimentos a otros sea menos problemático es añadir una base de leche a la fruta o alimento que queremos que coma.
Si el niño come solo 2 cucharadas o bocados y ya no quiere más, no pasa nada. Se puede probar otro día y cambiar la reacción, el caso es que pruebe, experimente y aprenda pero sin obligar.
EL EJEMPLO
OFRECECERLE VARIAS COMIDAS
Porque no le guste la fruta y verdura no significa que le podamos ofrecer nada más.
No hay que dejar de proponerle a probar nuevos alimentos. Lo que se debe intentar hacer es variar la mera de dársela, es decir, en trocitos, puré, chafada, zumo... quizá le guste más de una manera que de otra.
Además para hacer más fácil el cambió de unos alimentos a otros sea menos problemático es añadir una base de leche a la fruta o alimento que queremos que coma.
Si el niño come solo 2 cucharadas o bocados y ya no quiere más, no pasa nada. Se puede probar otro día y cambiar la reacción, el caso es que pruebe, experimente y aprenda pero sin obligar.
EL EJEMPLO
Una de las formas más sencillas de que los más pequeños coman frutas es ver que nosotros también las comemos sin ningún problema, ya que ellos aprenden a través de imitación. Por tanto, si ven que nosotros no comemos fruta o nos gusta la verdura, lo más seguro es que a ellos no les apetezca probarla.
En cambio, si ven que la fruta y verdura está presente en el menú de la familia, es más probable que algún día la pruebe y la acepte. Pero esto no significa que le gusten todas, también ellos tienen sus gustos y preferencias a la hora de comer que irán descubriendo poco a poco.
En conclusión, el truco está en no obligar, no dejar de ofrecer y sobre todo dar ejemplo con nuestros actos.
En cambio, si ven que la fruta y verdura está presente en el menú de la familia, es más probable que algún día la pruebe y la acepte. Pero esto no significa que le gusten todas, también ellos tienen sus gustos y preferencias a la hora de comer que irán descubriendo poco a poco.
En conclusión, el truco está en no obligar, no dejar de ofrecer y sobre todo dar ejemplo con nuestros actos.
Paula Giménez Zaragozá
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